
Mientras el fuego consuma cada
uno de los recuerdos que queremos dejar atrás invocaré esos otros recuerdos que
escondo en las tinieblas con el miedo a que vuelvan y revuelvan mi vida…
Mientras la llama empuja al
papel a emanciparse de la tinta que alberga pasiones, anhelos, metas, ilusiones;
invocaré esos prodigiosos propósitos que arrincono creyéndolos imposibles…
Mientras la luna se siga
asomando al mítico rito por el que nos permitimos soñar sobre un papel, y creer
en el falaz hechizo de la hoguera que ilumina la noche más corta del año… invocaré
esos deseos tontos, inocentes, sencillos, cándidos…
Mientras el mundo sigue girando
carcajeándose del ridículo momento… invocaré esos maravillosos deseos que enmudezco
y que en delirios nocturnos se hacen reales…
Mientras las brasas disipen lo viejo
cerraré los ojos deseando que el sortilegio que hace tan especial el solsticio
de verano me deje sentir que aún estas ahí, detrás, susurrando unas palabras
mientras el mundo desaparece…
