…y
el tiempo corre sin mirar atrás; sin hacer prisioneros; sin miramientos; sin
tregua; sin el más mínimo ápice de compasión…
…y
atrás van quedando palabras disparadas en el fulgor del momento, promesas
incumplidas, recuerdos ruborizados… incluso personas que no fallaron pero
fueron olvidadas…

…y
mientras recuerdo, no puedo evitar pensar que el tiempo me roba tiempo
presente, supongo que no es más que un pensamiento eterno que de vez en cuando
me ataca sin previo aviso.
Supongo
que la razón de todo esto, es que hoy he leído en algún sitio que somos esclavos
de nuestro pasado, y no estoy del todo de acuerdo con esa afirmación tan
rotunda; somos esclavos de los recuerdos (a veces, siempre que no aprendamos),
del tiempo no repasado por la desidia o la insignificancia del momento, somos
eternos en el pensamiento que provoca una sonrisa de alguien repasando las
finas líneas que un día regalamos…