lunes, 5 de julio de 2010

Hechízame.

De nuevo revolotea tu color sobre mí.
De nuevo recojo la pluma que la tentación me ofrece para desdibujar cuidadosamente mis pensamientos en unas líneas llenas de palabras coquetamente situadas.
Eres. Te has trasformado en una sensación tan agradable y cercana… Enrojeces mis pensamientos con miradas de duendecillo travieso que jugueteaba con los posibles significados de una mirada. Mimas mi tiempo sin recompensa. Y tu presencia dibuja en mi cara, esa sonrisa inocente que siempre debí tener pero que nunca logré conservar. Mas impones una distancia que es tan física como impulsiva. Conquistas a cada segundo el mundo de la ilusión pero no me dejas realizarla. Encantas mi ser cada quincena y huyes sin darme pie a embrujar el tiempo. Intrigas mis razonamientos y a la vez me siento amada por la lejanía de tu querer más.
Déjame saltar y coger las estrellas, mas no me grites que no podré. Ayúdame y entre los dos, las estrellas y tu, lograreis recogerme y tenerme para siempre entre vuestro caluroso abrazo.
Insinúas sin picardía una declaración que disimulas olvidada y retozas recordando palabras claves.
Maldices mi presencia en diferentes lenguas. Agilizas las palabras dejando planear la ignorancia sobre mí.
Me encantan tus sueños y el jequecillo que dejas para mí en ellos. Embrujas tus palabras y me hechizas envolviéndome en esa bruma que tanto añoro.

Hazlo, hazlo siempre
Pero ahora, antes de hablar… abrázame.
(1993)

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