lunes, 14 de febrero de 2011

... ¿a qué esperas tu?

Esperar…no queda otra…

… pasa la gente por la calle, los coches van y vienen buscando aparcamiento, la lavadora repite su eterna canción, la televisión sigue intentando entretener… todo pasa y nada llega…
… el teléfono suena, pero no es la llamada que espero… y el reloj, ese artilugio que parece estar conchabado con un falso destino de inactividad, reduce el espacio que hay entre las cuatro paredes de mi casa… Todos a mi alrededor siguen hacia adelante ¿funcionan bien sus relojes? Si, claro que funcionan.

… allí, en aquel rincón del salón, asoman mis apoyos callejeros. Ellos también esperan. No sé muy bien a qué, ¿a ser invitados de nuevo a un lento paseo? ¿a descansar y volver a coger polvo en el armario? … no sé, quizás simplemente no desesperan…

¡Suena el teléfono! … publicidad.

… los apuntes me acusan desde sus inmaculadas carpetas, de no ser manoseados una y otra vez, mientras esa vocecita interna me dice, rompe tu pauta y dales una buena paliza… mas no tengo ánimo, ni siquiera tengo fuerzas ni el más mínimo atisbo de energía para concentrarme en la didáctica de la educación…

Aquí estoy, esperando…desesperando… he detenido mi vida y con ella el tiempo mientras me repito una y otra vez, si quieres cambiar algo, haz algo para cambiarlo…

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