... ... el
tiempo parecía haberse confabulado y alargar el momento, las palabras se habían
ahogado en sus bocas dejando paso a los besos, besos lentos, apasionados,
pacientes…
... el mundo había desaparecido, sólo estaban ellos… dejaron que sus
cuerpos hablaran sin prisas, dejaron que el deseo se alimentara en cada uno de
los manantiales del placer que se brindaban pletóricos… cada rincón de su piel
fue mimado hasta el éxtasis…
... el aire entre ambos estorbaba… fundidos en un
remanso de placer erótico, disfrutaron de unas horas o quizás fueron unos
minutos… la vida volvía a ellos en forma de sensaciones táctiles imposibles de
describir…
... la avidez desataba el apetito secreto por estar cerca, muy cerca…
... los
mordiscos cariñosos, la dulzura, los susurros, las palabras entrecortadas, los
gemidos sordos precedieron al deseo atávico de abandonarse y se dejaron llevar…
…
aún podía oler su cuerpo… Inés había salido al jardín. El riego estaba en pleno
funcionamiento. El reloj marcaba una hora recién estrenada. Sólo quería sentir
la frescura de la hierba en los pies. El sol comenzaba a desperezarse en el
horizonte. Se sentó en el peldaño de las escaleras y cerró los ojos. Trataba de
recuperar el aliento… minutos antes se había despertado desorientada y empapada
en sudor… aturdida bebió un vaso de agua en la cocina y salió al exterior en un
intento de volver a la realidad. No podía evitar ver las imágenes que había
soñado. Estremecida, aspiro una gran bocanada de aire helado. Las escenas seguían
agolpándose en su mente, no lograba colocarlas en el orden lógico… encendió un
cigarrillo mientras tiritaba sin ser consciente de ello. Los ladridos del perro
del vecino la devolvieron a la realidad.
- ...sólo es un sueño… nada más.- dijo en voz alta, mientras se incorporaba y
regresaba a su soledad…