martes, 13 de diciembre de 2011

..navidades...




En estas fechas nos volvemos, solidarios, amables, responsables, cordiales, benévolos, compasivos, humanitarios, sensibles… nos volvemos tontos, nos ponemos la máscara de la conciencia recién lavada y sonreímos… aunque bien mirado, es una oportunidad para regalar a la familia momentos entrañables, si bien antes pasamos por momentos críticos dignos de mención.
El modelito que lucirás en la cena de nochebuena te saldrá casi como una letra del coche, pero si lo piensas bien lo podrás aprovechar (sólo el básico y los zapatos, claro) para la comida del día de Reyes.
Por fin vas a poner en práctica lo que aprendiste en aquel curso de protocolo que hiciste por la cámara de comercio en horas de trabajo.
Has reservado una partida especial del presupuesto mensual para tus obligadas visitas a la peluquería (al menos tres).
Has hecho rigurosas pruebas del maquillaje que llevaras en las ocasiones especiales que están por venir (se llaman ocasiones especiales porque permiten que la pequeña restauración que normalmente te haces sea pecata minuta).
Has elegido el vino, carísimo (lo cual significa que tiene que gustar por narices), no lo has probado, pero su precio no te genera ningún tipo de dudas: tiene que estar buenísimo.
Has preguntado por los invitados (familia, todos ellos), y vas a coincidir con la mujer de tu hermano… estas leyendo de nuevo “el arte de la guerra” y “en boca cerrada no entran moscas”.
Has investigado en internet y llevarás lo último de lo último en canapés: carpaccio de delicias de cochinillo sobre lecho de bulbos caramelizados (más conocido por todos, como morcilla con cebolla).
… … …

Momentos críticos que son la antesala obligatoria de estas entrañables fiestas…

Se nos ha olvidado lo básico, la esencia y no me estoy refiriendo a los momentos religiosos, me refiero a la diversión, a las sonrisas sentidas y consentidas, a los villancicos ridículos cantados en familia, a esos abrazos tan especiales, a los besos de medianoche, a disfrutar mirando a tu padre dormido como un tronco en el sillón, a dejarnos llevar por las luces y disfrutar, sin zarandajas ni aspavientos… mis navidades serán unas navidades en minúscula, no las quiero de otra manera, mas trataré de disfrutarlas … (deséame suerte, ja!!)

Entradas populares