viernes, 11 de mayo de 2012

...a corazón abierto...


…amistad… quizás no soy digna ni de nombrarte, al parecer no entiendo bien tu esencia.
Cuarenta años y aún sigue sorprendiéndome que alguien esté interesado en lo que yo pueda decir. Siempre me ha gustado más escuchar que contar… Prefiero reconfortar a ser reconfortada, ayudar a ser ayudada, acompañar a ser acompañada…
Todos a mí alrededor tienen cosas más interesantes que contar. A quién le va a interesar que ayer discutí con mi hija y que tengo que mantenerme firme a pesar de que lo que me pide el cuerpo es dar mi brazo a torcer aún a sabiendas que flaco favor le haría… o que esta noche volví a pasarla en vela y que mi capacidad de concentración en la lectura (algo que me encanta) se ve tan mermada por la falta de sueño que no consigo leer más de dos páginas seguidas. O que he estado tres años de mi vida haciendo del ombligo del mundo (de mi mundo) a una persona que no lo merecía. O que…
Mis historias no tienen ningún interés, al menos para mí, y por esa misma razón, creo que para los demás tampoco. Con el tiempo, me he ido acostumbrando a contar batallitas de tiempos pasados y a ignorar la rutina de ayer. Y esto, que yo pensaba que hacia bien (porque hasta ahora había funcionado) ha resultado ser un problema. Los demás se dan y yo hago como los caracoles.
Tengo grandes amigos, aunque es cierto que me sobran algunos dedos de la mano para contarlos, y al igual que yo tienen sus defectos que los hacen únicos, interesantes, buenas personas y grandes, grandes amigos y a los que no quiero renunciar por esos pequeños detalles que voy descubriendo y que no me gustan o no entiendo. No quiero renunciar a sus risas, ni a sus llamadas nerviosas de madrugada, ni a sus preocupaciones, ni a sus criticas, ni a sus meteduras de pata… no quiero renunciar a seguir estando ahí… para escuchar, reconfortar, ayudar, acompañar… pero sobre todo para sonreír cuando ríen y son felices... son otro trocito de mi felicidad…
Hasta ahora ninguno se había quejado de que yo contara poco, de otras facetas, si, pero de esta en particular, no, hasta ahora… Sé que la amistad es algo que hay que alimentar de los dos lados, a veces tira más uno que el otro, pero las tornas cambian cada cierto tiempo, sé que si la amistad puede superar distancias, tiempos y dificultades, durara, casí seguro, para siempre. Pero nunca me había planteado que el intercambio de información casual fuera necesaria… la información de mi vida la suelo dar a pequeños retazos en conversaciones, sobre política, música, programas de televisión, valores vitales, sexo o en cualquier otra que se te ocurra, incluso mi blog contiene mucha información de mi vida escondida entre otras historias inventadas… al parecer no es suficiente…
Así que para empezar, aquí está esta entrada, escrita a vuelapluma como las demás, pero con mucho de mi misma y nada inventado… el próximo paso será no olvidar…

Entradas populares