jueves, 20 de octubre de 2011

...le fallé



Corría y zigzagueaba por los caminos, yendo y viniendo, siempre con su corazón puesto en la compañía de los que paseaban junto a ella.
Disfrutaba del momento, ahora era su momento más feliz.
Cada vez que el camino le brindaba una piedra simplemente jugueteaba con ella, cuanto más grande mayor era la diversión. … y esa manera tan peculiar de beber agua intentando morder la solidez de su alma. Era feliz…
Cuatro años de idas y venidas, cuatro años demostrando que sus ganas de vivir eran más fuertes que un envenenamiento, o un calcetín con sabor a queso que acampo en su interior durante dos semanas… era vida, incansable, paciente, cuidadosa, preocupada, inquieta… intensa, alegre, tontorrona… con esa mirada que parecía gritar “¡venga, vamos!”…

lunes, 3 de octubre de 2011

...pena...


Las palabras brotan de su boca. Y hay una que nace desde lo más hondo de su alma. La dice con rabia, resignada y con cierto halo de esperanza… pena, la maldita pena… Habla de los dos últimos años de su vida y lo resume verbalizando una sola palabra, pena, aunque con muchos, infinitos, matices. Y mientras habla, la tristeza emana de su cuerpo a borbotones, el cansancio dibuja sus gestos, la resignación acentúa su ritmo…
…mientras, el hielo se derrite en un vaso de café… tanta energía diluida en una relación finita.
Palabras vertidas sustentando una vida durante tanto tiempo, tantas conversaciones planificando un futuro probable… y todas y cada una de ellas encarceladas en un engaño inconsciente disfrazado de emociones nuevas, viajes intrépidos, sentimientos reencontrados… una vida inventada…
¿Reinventamos nuestras vidas para hacerlas únicas?

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