…quizás no sea capaz
de mantener conversaciones brillantes.
…quizás no tenga
ropa elegante y cara.
…quizás mi estilo no
se puede considerar estilo.
…quizás mis canas me
envejecen.
…quizás tengo unos
cuantos kilos de más y no soy el súmmum de la belleza.
…quizás no tenía un
trabajo estable.
…quizás no nade en
abundancia económica.
…quizás me equivoqué
por el camino muchas veces…
Mas, no son necesarias brillantes
conversaciones para hablar con mi gente. No soy graciosa, lo tengo asumido,
pero tengo buen sentido del humor. Mi ropa no es la mejor del mundo, pero está
limpia y es la que puedo comprar. Mi estilo es cómodo, no necesito subirme a
unos supertacones para sentirme bien. Me gusta que mi pelo me recuerde que voy
siendo algo más que joven, aunque se lo impida de vez en cuando. Es cierto,
tengo unos cuantos kilos de más, ¡y qué! Mi belleza se fue quedando en el
camino recorrido, pero no toda. Mis ingresos son mínimos, pero me voy apañando.
Me equivoqué muchas veces, pero aprendí muchas cosas, disfruté de muchísimas… no
tengo ninguna intención de hacer complicadas las cosas sencillas…
¿Pero no habíamos quedado en que la belleza está en el interior?. Por tanto necesitas un interior lo suficientemente grande como para albergar tanta belleza. Ole y ole, ahí tú.
ResponderEliminar¿En eso habíamos quedado? Si, claro, por supuesto, de nada sirve la belleza externa si estamos vacíos, pero no me negaras que ayuda. Y la forma de mirar, por suerte, va cambiando con la edad. Muchísimas gracias.
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