domingo, 19 de julio de 2020

Yomas


Y llega esa persona (a la que voy a llamar Yomas, por darle un nombre genérico y auténtico), que es tu amiga, que está en tu vida desde hace tanto tiempo que no quieres ni calcularlo. Que no puedes evitar quererla; pero tiene el extraño poder de hacer que te salga humo por las orejas cual locomotora a punto de estallar.
Posiblemente viva lejos, o no la veas todo lo que te gustaría, porque a pesar de los pesares, la quieres. Aunque cuando está todo se vuelva convulso, caótico, y muy centralizado (en Yomas, por supuesto). Te dirá que es el pegamento que aún mantiene unida a la pandilla, que solo quedamos cuando aparece. Y de alguna manera puede que tenga razón, sin embargo, no es del todo cierto. La pandilla se ve cuando puede; cuando le apetece; cuando el acontecimiento así lo requiere; no por obligación. Y sin pregonarlo a los cuatro vientos.

(Si tengo que ser sincera, últimamente por obligación hago muy poquitas cosas, los esfuerzos poco apetecibles no los hago por cualquiera y lo de quedar bien, nunca fue conmigo, así que sacad vuestras propias conclusiones).

Pero volvamos a Yomas. 

Yomas es una persona resolutiva, generosa, comprensiva y muy social. Así es como se definiría. (Claro está, que estoy generalizando, pero seguro que me entendéis). Yomas llega y abre la boca; se le llena de palabras que relatan actos que ha hecho, o hará y sin querer, te descubres diciéndote a ti misma: “no se lo cree ni ella”. Pero te equivocas, Yomas sí se lo cree, de ahí su aparente éxito. Va por la vida a trompicones, todo a última hora, en el último momento, en la prórroga, y le sale, le sale bien. Y no te mosqueas por que le salga bien, te mosqueas por que siempre habrá implicado a otras personas para conseguirlo y habrá puesto patas arriba sus vidas por momentos (o días) para conseguir su éxito. Y no le importará, no lo valorará, no lo reconocerá. El éxito siempre será suyo y se pavoneará de ello.

Yomas omitió decir en su definición que también es una persona olvidadiza, pero con una característica muy especial. Yomas verbalizará de forma muy dadivosa algo que va a hacer por ti que luego jamás hará (se le olvidó), pero cuando cuente sus historias lo habrá hecho de forma generosa y totalmente altruista, sobre todo si tiene un público entregado a girar en su tiovivo. Y lo peor de todo, no es que no lo haya hecho, lo peor es que Yomas piensa que lo hizo y merece tu agradecimiento y el aplauso de todos por ello.

Yomas es una persona muy comprensiva, no tiene ningún problema en regalarte tu tiempo (perdón, escribí “tu”, quise escribir “su”). Llamas para contarle algo. Algo que te ha sucedido y que te tiene preocupada. Puede que sea un problema de salud, o familiar o de trabajo o de relaciones personales, no importa. Puede que Yomas te deje contárselo, incluso plantear las dudas y preocupaciones que te genera, pero, curiosamente, a ella le pasa lo mismo (corregido y aumentado) y la conversación (sin saber cómo) gira, gira en torno a Yomas, una vez más. Tras hora y media al teléfono terminará su monologo con un “te tengo que colgar, a ver si me llamas y me cuentas como te van las cosas”.

Yomas es una persona a la que la vida seguramente haya vapuleado en sus relaciones personales (no llego a entender el motivo) pero todo lo demás irá sobre ruedas, se lo habrá currado (y mucho) y le irá bien. Y en ese devenir, sus opiniones, conocimientos y su forma de expresarlos se habrán convertido en verdad absoluta, como el gusano en mariposa. Sin remedio, sin posible discusión, las cosas son así, palabra de Yomas.

Yomas es una persona honesta, no miente, o al menos no miente siempre. Todos decimos mentiras, en ocasiones. Incluso cuando afirmamos y aseguramos que no lo hacemos. Utilizamos falsas verdades en beneficio propio o para evitar ser juzgados o no causar preocupación a alguien. Y somos muy conscientes de ello, al menos algunos. Yomas es como todos los demás seres humanos, miente, utiliza falsas afirmaciones en beneficio propio o para evitar que alguien juzgue sus actos y ya. Lo de no causar preocupación se lo pasa por el arco de triunfo y lo de ser consciente de que ha mentido, ¡eso! eso se le olvida tan rápidamente que es capaz de volverte a mentir en la misma frase mintiéndote sobre su mentira. ¡Es un genio!

Yomas es una persona luchadora y mucho (al Cesar lo que es del Cesar). Las injusticias la revuelven. Mucho. No dudará en alzar la voz y protestar. Llamará a las puertas de las estancias más altas buscando resarcir el agravio y no cejará en su empeño. Sobre todo, si la injusticia se comete contra ella o sus intereses. Si no es así, más que revolverse, gesticulará con las manos un poco y lo dejará correr.





Yomas es Yomas. Y ahora mismo estará leyendo este pequeño “ensayo” analizándolo meticulosamente y afirmando que no conoce a nadie así. Y siento decirte que curiosamente todos tenemos una persona así en nuestras vidas a la que adoramos pero que hace que nos hierva la sangre y nos revolvamos en la silla. Y si tú no la tienes es que quizás, tú seas Yomas.



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